El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado. Proverbios 11:25
La palabra alentadora de un amigo que dirige nuestro corazón hacia Dios puede ser una de las demostraciones más poderosas de Su provisión y cuidado. A lo largo de la Escritura, vemos cómo el Señor obró mediante relaciones significativas para cumplir Sus propósitos. Moisés tuvo el apoyo de Aarón y Josué. David contó con la amistad de Jonatán y la protección de sus valientes hombres. Jesús disfrutó la compañía de Sus doce discípulos y de numerosos seguidores.
Aunque este mundo tiende a aislarnos y dividirnos, Dios nos creó para vivir en comunión con Él y con los demás. Jesús incluso dijo que experimentaríamos Su presencia de manera especial cuando nos reuniéramos (Mateo 18:20). Un amigo cristiano genuino puede ofrecer un ánimo lleno del poder y la sabiduría del Señor.
Si sueles aislarte y anhelas una experiencia fresca de la presencia de Dios, intenta algo distinto hoy: piensa en alguien a quien puedas ayudar de manera práctica y sé un amigo para esa persona. Mantente atento a las oportunidades para desarrollar relaciones piadosas con otros creyentes. Descubrirás bendiciones sorprendentes a cambio.
Padre, gracias por el regalo de la amistad. Ayúdame a ser un instrumento de ánimo, amor y apoyo para quienes me rodean. Muéstrame a quién puedo servir hoy y cómo puedo fortalecer a otros en su caminar contigo. Permite que mis relaciones reflejen tu gracia y tu sabiduría. Que mi vida sea una fuente de bendición para mis hermanos en la fe. En El Nombre de Jesús, Amén.