Yo soy el camino, la verdad y la vida. Juan 14:6
¿Quién está guiando tu vida? Considera esta pregunta con sinceridad. Tal vez pienses: “Soy cristiano, así que supongo que Jesús me guía.” Pero eso no siempre es cierto. Haber sido salvo no significa necesariamente que Cristo dirija cada aspecto de tu vida. Existen muchas fuerzas que pueden estar influyendo en ti: la necesidad de aceptación, control, respeto, seguridad, tradiciones o incluso el simple deseo de sobrevivir. Por eso es esencial reconocer qué te impulsa realmente, porque ninguna de esas motivaciones puede llevarte al lugar donde Dios quiere que estés.
O dejas que el Señor Jesús te guíe, o vas en la dirección equivocada. Permitir que Cristo dirija tu vida es una decisión consciente: debes elegir someterte a Su instrucción, incluso cuando parezca contraria a la razón humana. Seguir a Jesús siempre es la decisión correcta. Él es quien te conduce de manera constante por el mejor camino posible, tanto en esta vida como en la eternidad.
Señor, quiero que seas Tú quien guíe cada paso de mi vida. Libérame de mis propios deseos y temores, y enséñame a confiar plenamente en tu dirección. Cuando no entienda tu camino, recuérdame que tu sabiduría es perfecta y tu amor inquebrantable. Guíame en verdad, fortaléceme en la fe y haz que mi vida refleje tu propósito. En cada decisión, que tu voluntad sea mi guía y tu gloria mi meta. En El Nombre de Jesús, Amén.