Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. Marcos 16:15
La palabra griega para evangelio —euangelion— significa literalmente “buenas noticias”. Su mensaje central, la muerte, sepultura y resurrección de Cristo, representa una noticia profundamente positiva: un mensaje de esperanza y triunfo. A través de Jesús, Dios nos redime, restaura nuestra relación con Él, nos da una nueva naturaleza y nos asegura una vida eterna en el cielo. ¡Qué bendición tan grande! Y sin embargo, tal vez te hayas preguntado por qué tantas personas parecen resistirse a este mensaje tan maravilloso.
La respuesta, en muchos casos, es el temor. Antes de apreciar los beneficios de la salvación, las personas deben enfrentar la realidad de su condición espiritual: todos hemos pecado y estamos separados de Dios. Pero eso no siempre es fácil de aceptar. A menudo la gente se compara con otros y concluye: “Soy una buena persona.” Incluso los que no creen en Dios pueden hacer obras nobles, como ayudar a los necesitados o contribuir a buenas causas. Y aunque eso es admirable, no puede resolver el problema del alma: la separación de Dios.
Desde la perspectiva divina, el mayor problema de la humanidad no es la falta de bondad externa, sino la muerte espiritual. Sin Cristo, las personas viven alejadas de su Creador y enfrentan una eternidad sin Él. Por eso, compartir el evangelio no se trata de imponer una creencia, sino de ofrecer vida y esperanza a quienes están espiritualmente perdidos.
Si realmente amamos a las personas, debemos hablarles de las buenas noticias de Cristo: que hay perdón, restauración y vida eterna disponibles solo en Él.
Señor Jesús, gracias por las buenas noticias de Tu salvación. Ayúdame a recordar que el evangelio es poder para transformar vidas. Dame valentía y compasión para compartir Tu amor con los que aún no te conocen. Que mis palabras y mi vida reflejen Tu gracia redentora. En el Nombre de Jesús, Amén.