Alborotadora y rencillosa, Sus pies no pueden estar en casa. Proverbios 7:11
¿Qué significa para ti la libertad? Aunque muchas personas tienen diferentes definiciones de la verdadera libertad, en lo que casi todos están de acuerdo es en que es extremadamente costosa. En un sentido nacional y político, la libertad a menudo requiere la vida de hombres y mujeres valientes para conseguirla, mantenerla y defenderla. Lo mismo ocurre en el sentido espiritual, aunque nada ha sido nunca tan costoso como lo que Cristo pagó por tu libertad del pecado en la cruz (Romanos 6:5-11).
Por desgracia, siempre habrá adversarios que pongan en duda la existencia de la libertad. Tal vez el peor adversario que enfrentarás es el enemigo de tu alma, que hace todo lo posible para evitar que experimentes la vida abundante que Dios tiene para ti. Las estrategias y tácticas que utiliza son extremadamente destructivas, y una de las más devastadoras es atraparte en un estado perpetuo de ajetreo, sin darte tiempo para sentarte, pausar un momento y acercarte a Dios. Llenas tus días de actividad en lugar de seguir la voluntad del Padre y aprender Sus caminos. De esa manera, el enemigo debilita tus defensas, te mantiene exhausto y te ciega al pecado que te mantiene cautivo.
Hoy quiero alertarte, que si estás en esa situación, esa no es la vida extraordinaria por la que el Padre te creó, para vivirla y disfrutarla. Puede parecer que todo lo que estás haciendo es correcto y bueno, pero realmente, lo mejor que puedes hacer en cualquier momento de tu vida, es detenerte y enfocarte en El Señor, aquel que puede darte la verdadera paz y plenitud que necesitas y dirigirte siempre por sus caminos, que son los más altos y de mayor felicidad. Requiere disciplina, pero cuando mantienes tus ojos en el Padre y tus pies están firmemente plantados en los senderos de Su voluntad, experimentarás una vida mucho más plena, la vida abundante de libertad para la que fuiste hecho. Así que hoy, deja de correr y permite que el Padre te guíe a la libertad.
Señor, confieso que a veces me mantengo ocupado, olvidándome de lo realmente importante, que es fijar mis ojos, siempre en Ti. Por favor, perdóname por las veces que he permitido que las distracciones me alejen de Tu presencia. Me rindo a Ti ahora, confiando en que Tú me guiarás a la verdadera libertad en Tu voluntad. Ayúdame a priorizar el tiempo contigo sobre el ajetreo de la vida, y a caminar en la paz y la libertad que Tú me has proporcionado. Gracias por Tu guía y amor para querer llevarme siempre, a la vida que Tú diseñaste para mí. En El Nombre de Jesús, Amén.