Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. 1 Timoteo 6:11
Al concluir su primera carta, Pablo recuerda a Timoteo un compromiso similar que él hizo ante Dios y ante los demás. En su bautismo, Timoteo hizo una confesión pública de fe en Cristo (v. 12). También llevó a cabo su ministerio «delante de Dios… y de Cristo Jesús» (v. 13). Jesús no sólo fue testigo del ministerio de Timoteo, sino que le sirvió de modelo. Incluso en las circunstancias más difíciles, Jesús permaneció fiel «mientras testificaba ante Poncio Pilato» (v. 13). Si Jesús fue fiel, incluso con la amenaza inminente de la crucifixión, Timoteo podría perseverar también. Además, se animó a Timoteo a perseverar mirando al futuro. Un día, Jesús regresará triunfante y glorioso (v. 14). Este regreso certeramente garantizado por la promesa de Dios (v. 15).
Es una señal de lo difíciles que debían ser las circunstancias de Timoteo, que Pablo sintiera la necesidad de darle todas estas razones para perseguir «la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.» y para «pelear la buena batalla de la fe» (vv. 11-12). La perseverancia en el ministerio puede ser difícil. Pablo comprendió que a menudo necesitamos que nos recuerden quién es Dios, lo que ha hecho y lo que nos depara el futuro para mantener la perspectiva que necesitamos para ser fieles.
¿Estás perdiendo tu perspectiva eterna? ¿Tienes dificultades en tu vida o en tu ministerio? Nunca debemos olvidar que servimos y adoramos a un Dios que tiene el control. En Él, nuestro futuro está seguro.
Señor, que las atracciones y tentaciones del mundo no nublen mi mente y distraigan la única perspectiva por la que debo mantenerme firme en mi lucha, que es la de servirte fielmente, glorificarte y dar testimonio de Tu gracia en mi vida, con mis acciones, pensamientos y palabras. Ayúdame a lograrlo Padre, Te lo Pido, En El Nombre de Jesús, Amén.