Encomienda a Jehová tus obras, Y tus pensamientos serán afirmados. Proverbios 16:3
Con demasiada frecuencia, y aún más, con la cultura individualista, promovida por los medios de comunicación y redes sociales, en la actualidad, la confianza se percibe estrictamente como una creencia egocéntrica en las propias capacidades. Por ejemplo, una serie de éxitos puede llevar a un hombre de negocios o a un líder a pensar muy bien de sí mismo. Si aprende a través de la experiencia que es el mejor en su carrera, fácilmente podría caer en un patrón de orgullo, confiando en sí mismo para satisfacer cualquier necesidad que pueda surgir. Pero, ¿es ésta la confianza que Dios desea para nosotros?
El apóstol Pablo se apresuraría a responder: «¡No!». Pablo experimentó los mayores éxitos y las pruebas más duras de la vida. Sin embargo, a pesar de todo, se aferró firmemente a la convicción de que Dios le capacitaría para lograr todo lo que el Señor le propusiera (Filipenses 4:13). Pablo se dio cuenta de la inutilidad de confiar en sus propias capacidades. En Filipenses 3:4-7, muestra lo impresionantes que podían parecer sus logros a nivel humano. Pero al final, testificó: «Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.» (v. 7).
Ciertamente, Dios no quiere que confiemos en nosotros mismos. Pero, a lo largo de la Escritura, el Señor demuestra que sólo Él es capaz de satisfacer todas las necesidades, en todo momento. Debemos tener cuidado de no permitir que nuestros éxitos inflen nuestro ego, nos hagan caer en la soberbia, y distraigan así nuestra atención de Dios (Romanos 12:3). Al fin y al cabo, se nos dice claramente que todo lo bueno que se da y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre (St 1,17). Él nos da todos nuestros éxitos. Por eso, dale gracias hoy por la poderosa fuente de confianza que nos ofrece.
Señor, te encomiendo todas mis obras y planes. Dirige mi camino y mantenme fielmente en el centro de Tu voluntad. Confío en Ti y se que sólo de Ti, proviene cada uno de mis éxitos. En El Nombre de Jesús, Amén.
