Devocional:
Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán. (Génesis 6:19)
El Génesis 6 recoge la historia del diluvio universal. Supón que eres Noé. Intenta imaginar la confianza de Noé en Dios para empezar a construir el arca contra todo pronóstico. Sin embargo, Noé no sólo empezó, sino que persistió durante 120 años en la construcción del arca. Piensa en el ridículo que soportó. Nunca había llovido. La gente debió pensar y preguntarse: “¿Está loco este hombre?”.
La envergadura de la empresa era formidable. El arca medía 135 metros de largo, 22,5 metros de ancho y trece metros y medio de alto (cf. v. 15 NVI). Tenemos aquí, pues, una nave del tamaño de una vez y media el tamaño de un campo de fútbol americano. Imagina el trabajo de cortar la madera e izarla hasta su posición final en este enorme barco. Sin embargo, la escritura dice: “Noé hizo todo exactamente como Dios le había ordenado”. (v. 22 NVI). ¡Qué fe! ¡Qué valor! Pido a Dios que nosotros también tengamos la fe y el valor de hacer lo que Dios manda en todos los aspectos de nuestra vida.
Hay otro aspecto extremadamente significativo en esta historia. Dios declara que establecerá su pacto con su pueblo (v. 18). El pacto de Dios es su promesa de fidelidad y salvación. En medio de la tormenta, Dios ha preparado un arca de seguridad. Jesús es nuestro refugio en tiempos de tormenta, nuestra arca de seguridad, nuestro refugio en tiempos de problemas. ¡Qué buena noticia tan increíble! El pacto de Dios es su garantía eterna de nuestra seguridad en el arca de su gracia.
Oración:
Padre Celestial, gracias que a pesar de la maldad del corazón humano y las malas intenciones en la mente del hombre caído, Tú determinaste, desde antes de la fundación de la tierra, redimir a Tus criaturas y elegiste perdonar los pecados de aquellos que creen en el Señor Jesucristo. Gracias que todos los que creen en Él son declarados justos por Tu gracia. Tú eres un Dios bueno y misericordioso que perdona nuestra iniquidad, nos declara justos y no recuerda más nuestro pecado. Ayúdame a caminar en Tus caminos y a señalar a otros a Jesús, el Autor y Consumador de mi fe. En su nombre ruego, Amén.