Devocional:
Y oía Jacob las palabras de los hijos de Labán, que decían: Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre, y de lo que era de nuestro padre ha adquirido toda esta riqueza. (Génesis 31:1)
La vida de un elegido de Dios es así. En un primer momento, camina por sus propias convicciones. En un segundo momento, camina según la voluntad de Dios (Gn. 31:3). Presta mucha atención al versículo citado anteriormente: “También Jehová dijo a Jacob”. Hubo un tiempo en que este hombre se guiaba por su obsesión personal, pero ahora, tiene un Señor que le dirige en cada paso. ¿Te guía el Señor?
El capítulo 31 del Génesis nos muestra la salida de Jacob de la casa de Labán. Tras veinte años viviendo allí, llegó el momento de volver a su tierra. Cuando salió de casa de sus padres, se siguió a sí mismo, un error que le costó mucho sufrimiento y sacrificios. Ahora vuelve guiado por el Señor, con la perfección de la dirección de aquel que todo lo puede.
Un patrón recurrente de la historia bíblica es el de mostrarnos a Dios actuando en los detalles. Así es la vida de alguien guiado por Él: un conjunto de experiencias que, sumadas, nos muestran claramente su múltiple gracia y su minucioso cuidado día a día, hora a hora, en todo momento.
Génesis 31 me desafía a ser un siervo guiado por Dios.
Oración:
Señor, dame la humildad para reconocer Tu Señorío sobre mi vida, y de él, confiar plenamente en los planes, situaciones, retos y pruebas que encuentre en mi camino, sabiendo que de ello buscas algún fin por el que deseas revelar una verdad en mi corazón y en mi vida, para servirte de la manera que sólo Tú sabes, es la mejor para el servicio de Tu Reino y de Tu Justicia. Guíame en cada paso para lograrlo. Te lo pido En El Nombre de Jesús, Amén.