La oración eficaz del justo puede mucho. (Santiago 5:16)
La oración no debe tomarse a la ligera ni usarse de forma infrecuente. A pesar de ello, en la vorágine de la vida cotidiana, a menudo perdemos de vista la presencia de Dios. En lugar de acudir a él en busca de dirección y consuelo, depen- demos de nuestros propios recursos.
Pero la oración no es una mera forma de buscar protección y guía; es la manera de desarrollar una relación más profunda con nuestro Padre celestial. Podemos acceder a este poder en cualquier lugar. No necesitamos un punto Wi-Fi ni un módem de alta velocidad. Solo necesitamos mirar hacia arriba. Él está conectado y esperando.
Gracias, Padre, por estar a mi lado en todo tiempo. Ayúdame a acudir a ti al instante, en necesidad o en alabanza.