Señor, sé que tener paciencia me hace más completo, y que estar enojado destroza mi vida. Decido tener paciencia en todas las cosas para ser completo y sano, que no me falte nada, como lo promete tu Palabra. Ayúdame para abandonar el enojo en mi vida y no darle lugar ni siquiera por un instante. No quiero comprometer el proceso de perfeccionarme que has comenzado en mí. Ayúdame a reaccionar con paciencia a las situaciones de mi vida.
Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. (Santiago 1:4)