Señor, deja que tu poder liberador libere, cualquier verstigio de angustia, eliminando todas las ataduras y todas las formas de manifestación de la ansiedad. Sana, Señor, donde este mal ha echado raíces en mi persona, arranca de raíz este problema, sana los recuerdos, las heridas, las marcas negativas.
También ayúdame Padre para que la alegría rebose profundamente en mi ser. Con tu poder y en el nombre de Jesús, rehaz mi historia, mi pasado y mi presente. Líbrame de todo mal, y que en los momentos de soledad, abandono y rechazo, pueda ser sanado y liberado en tu presencia. Renuncio en el poder liberador de nuestro Señor Jesucristo, a la ansiedad, a la incertidumbre, a la desesperanza, y me aferro en tu poder, Señor, en tu gracia. Dame Señor, la gracia de la liberación de la ansiedad, la angustia y la depresión”.
En El Nombre de Jesús, Amén.
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. (1 Pedro 5:6-7)