Temblad, y no pequéis; Meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad. Selah Ofreced sacrificios de justicia, Y confiad en Jehová. Salmos 4:4-5
¿Confías en que Dios escuchará tu clamor y responderá a tus oraciones? David expresó su fe en Dios en el Salmo 4, esperando que El Señor escuchara y extendiera su misericordia. Incluso como rey, David reconoció su necesidad de la intervención de Dios Todopoderoso en su vida. A pesar de sus fracasos personales y de la implacable oposición de sus enemigos, David fue apartado por Dios para ser rey. Debido a su posición ungida, su vida y su liderazgo debían estar marcados por la piedad. En el Salmo 4:4-5, David dio un mandato cuádruple para vivir piadosamente: (1) «Temblad, y no pequéis»; (2) «Meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama»; (3) «Ofreced sacrificios de justicia»; y (4) «Y confiad en Jehová». Esta sabiduría sigue siendo relevante hoy en día. Quienes sigan estas pautas vivirán vidas piadosas que honrarán a Dios.
Una palabra interesante puntúa el versículo 4: Selah. Este término hebreo aparece setenta veces en los Salmos y tres en el libro de Habacuc. Aunque su significado exacto no está claro, se cree que tiene una connotación musical, que indica una pausa de silencio o un período de interludio. En la vida, esta pausa puede servir como recordatorio para tomar aliento, respirar, y emprender nuevamente el camino, especialmente en momentos de enfado o tensión.
La ira es una experiencia humana común y, aunque algunos la manejan mejor que otros, todos podemos aprender a controlarla con la ayuda del Espíritu Santo. La inclusión de Selah por David en sus salmos nos recuerda que debemos aquietar las aguas del temperamento cuando nuestras emociones aumentan. Por ello, deja que el Señor calme tu espíritu y guarde tus palabras. Respira hondo y medita en tu corazón la pausa de un Selah. Y luego recuerda que cuando pones tu confianza en Dios, Él aquietará tus emociones y te animará a vivir rectamente.
Dios Te Bendiga.
Señor, controla mi temperamento, guárdame de la ira, y dame la paciencia y la calma para que, dejando mis cargas en Ti, espere yo por Tu respuesta, que será la más perfecta conforme al plan y la voluntad que deseas efectuar en mi vida. En El Nombre de Jesús, Amén.