A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días. Deuteronomio 30:19-20
La vida es una serie de elecciones. Desde el instante en que nos despertamos por la mañana hasta el momento en que nos dormimos por la noche, tomamos innumerables decisiones:
- Sobre las cosas que hacemos
- Sobre las palabras que pronunciamos
- Sobre los pensamientos que elegimos pensar
En pocas palabras, la calidad de esas decisiones determina la calidad de nuestras vidas.
Pero, sin embargo cómo humanos imperfectos que somos, podemos caer en la tentación de cumplir las expectativas de la sociedad y no centrarnos en las expectativas de Dios. En esos momentos, el consejo es uno, querida amiga: buscar la guía de Dios mientras centras tus energías en convertirte en la mejor “tú” que puedas ser.
Tómate tiempo para considerar cuántas cosas de esta vida puedes controlar: tus pensamientos, tus palabras, tus prioridades y tus acciones, para empezar. Y luego, si quieres descubrir sinceramente el propósito de Dios para tu vida, haz elecciones que le agraden. Él no merece menos… y tú tampoco.
Si quieres fortalecer tu carácter tomando buenas decisiones, intenta dedicar más tiempo a conocer realmente al Señor. ¿Cómo? Mediante la adoración, la alabanza, el estudio de la Palabra, la oración constante y el cuentro de algún momento en el día, para una reflexión en silencio.
Toma la decisión de conocer mejor a Dios hoy y cada día, y pronto verás los frutos, brotando en abundancia de bendiciones, de bienestar y de paz, en los grandes momentos de Tu vida.
Somos los amos o las víctimas de nuestras actitudes. Es una cuestión de elección personal. Lo que somos hoy es el resultado de las elecciones que hicimos ayer. Mañana seremos lo que elijamos hoy. Cambiar significa elegir cambiar.
Señor, tengo que tomar muchas decisiones. Ayúdame a elegir sabiamente para seguir, sólo los pasos que fructifíquen Tu grandiosa voluntad en mi vida. En El Nombre de Jesús, Amén.