El ungüento y el perfume alegran el corazón, Y el cordial consejo del amigo, al hombre. (Proverbios 27:9)
Cuando piensas en la palabra consuelo, ¿qué te viene a la mente? creo que en el mundo de hoy, que se ha tornado excesivamente material, muchos podríamos pensar en tener más posesiones, alcanzar un mejor éxito en nuestras actividades diarias o tener más efectividad en los objetivos económicos que algun día nos planteamos.
Pero, aunque todas estas cosas pueden aportar un alivio temporal o un consuelo pasajero, la Palabra de Dios nos dice que una de las formas de hallar el verdadero consuelo, la paz de corazón y la seguridad en medio de la prueba, es tan sencillo como abrir tu corazón a un buen amigo. Ya sea tomando un café, un postre o incluso por teléfono, una amistad querida te puede ofrecer el aliento y el consejo dirigido por Dios que todos necesitamos de vez en cuando.
Las amistades cuyo centro es Cristo son relaciones maravillosas bendecidas por el Padre. Mediante el consejo piadoso y oportuno de estas amistades, Dios nos habla, actúa y derrama sobre nosotros el consuelo que es dulce como el perfume y el incienso. Por tanto, ¿qué esperas? a ese buen amigo o en esa buena amiga que te ha demostrado su fidelidad, lealtad y valiosa amistad, dale tu confianza y agradece a Dios, por la bendición de haber puesto en Tu camino esas bellas amistades que te alientan, te apoyan y te animan a seguir adelante.
Jesús, tu amistad es lo más importante para mí. También valoro a esas amigas íntimas con las que me has bendecido. Gracias por las mujeres especiales en mi vida. Muéstrame cada día cómo ser de bendición para ellas, así como ellas lo son para mí.
Oración:
Señor, estoy verdaderamente agradecida por el don de la amistad que me has concedido. Gracias por los amigos que has puesto en mi vida, que me traen alegría, apoyo y compañía. Son un reflejo de Tu amor y Tu gracia.
Padre, te doy las gracias por los momentos compartidos, las risas y los ánimos. Bendice a mis amigos en abundancia, y que nuestra amistad siga creciendo en fuerza y amor. Ayúdame a ser una amiga fiel, reflejando Tu carácter en mis interacciones. Gracias, por las hermosas conexiones que has orquestado en mi vida. En el nombre de Jesús, Amén
