Muchos son los planes en el corazón del hombre, pero el consejo del Señor permanecerá. Proverbios 19:21
Hacemos planes, soñamos con el futuro, organizamos nuestra vida con esmero… pero en última instancia, solo el consejo de Dios se cumple. Y eso es una buena noticia, porque Su voluntad siempre es mejor que la nuestra. Dios no quiere frustrar tus sueños, sino llevarte a un destino más alto y más sabio que el que tú podrías imaginar.
Pero para caminar en ese propósito eterno, necesitamos vivir en comunión íntima con Él. Aquí hay tres actitudes espirituales que te ayudarán a alinearte con Su voluntad:
- Despréndete de lo que pesa: A veces no es el pecado evidente lo que nos detiene, sino hábitos, pensamientos o costumbres que drenan nuestra energía espiritual. Pídele a Dios que te revele lo que debes soltar. Cuanto más ligero caminas, más lejos puedes ir.
- Persevera cuando todo parece lento: Dios no se mueve a nuestro ritmo. A veces permite pausas, retrasos o luchas para enseñarnos a confiar, no en lo que vemos, sino en Su fidelidad. Cada obstáculo puede ser una lección de fe que prepara tu corazón para lo que viene.
- Fija tus ojos en Cristo: Las distracciones son muchas, pero solo una cosa es necesaria: permanecer cerca de Jesús. Haz de la oración y la Palabra tu refugio diario. Mientras más lo mires a Él, menos te inquietarán los planes que no se cumplieron.
Cuando eliges confiar en el plan de Dios más allá de tus propios esquemas, Él abre caminos que jamás pensaste transitar. Lo que se cae, Él lo reconstruye; lo que se pierde, Él lo reemplaza con algo mejor. Porque Su consejo prevalecerá… y eso es motivo de paz.
Señor amado, hoy rindo a Ti mis planes, mis tiempos y mis expectativas. Ayúdame a soltar todo lo que estorba mi caminar contigo. Enséñame a perseverar con fe cuando no entienda tu rumbo, y a mantener mis ojos en Jesús por encima de todo. Sé tú quien marque el camino, porque tu voluntad es siempre perfecta. En el nombre de Jesús, Amén.
