Todos estos perseveraban unánimes en oración y ruego. Hechos 1:14
Los discípulos de Jesús le vieron hacer muchos milagros durante los tres años en que le tuvieron físicamente cómo su mentor. Así que no es de extrañar que le pidieran que les diera la clave de la divina revelación, su poder y su sabiduría. ¿Pero como inquirieron definitivamente este asunto? con una petición fundamental: «Señor, enséñanos a orar» (Lucas 11:1). Y es que los discípulos en ese punto ya habían intuído la importancia máxima de clamar a nuestro Padre de los cielos y lo habían observado nada más, y nada menos que de Jesús mismo quién por encima de todo, apartaba tiempo para alabar, clamar y adorar con Su ruego al Dios Padre todopoderoso. Y es por esta misma razón que, después de que Jesús fuera crucificado y resucitara, que los discípulos se retiraron a hacer lo que de Él habían aprendido: orar.
Lo que Jesús les enseñó fue un modelo para todos nosotros como creyentes. En el centro de las instrucciones de Cristo estaba la frase fundamental: “Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo” (Mateo 6:10). Ese es el núcleo de la auténtica oración: buscar y someterse a la voluntad de Dios en cada circunstancia, y hacer que prive en nosotros, su Reino.
Y es asi, que de este modo, la oración ayudó a aquel pequeño grupo de discípulos a llevar el Evangelio al mundo después de la resurrección de Jesús. También, a través de ella, el Señor les dio el mensaje, la estrategia y la resistencia para prevalecer a pesar de la persecución. Y con base en tan hermosas evidencias de la Palabra, es que hoy puedo asegurarte, que la oración te ayudará, también a Ti, a resistir y a tener éxito en cualquier circunstancia en la que te encuentres hoy. Deja que tu tiempo con el Padre te guíe hacia Su voluntad, y te dé el poder para triunfar siempre en Su nombre.
Señor, hoy busco Tu voluntad en mi vida. Ayúdame a estar continuamente dedicada a la oración, confiando en Tu guía y poder. Que venga Tu reino, y que me someta a Tu voluntad en toda circunstancia. Fortaléceme para soportar y tener éxito, así como Tú equipaste a Tus discípulos para difundir Tu mensaje. Confío en Tu poder para ayudarme a triunfar en Tu nombre. Amén.