No los temáis; porque Jehová vuestro Dios, él es el que pelea por vosotros. Deuteronomio 3:22
Cuando las cosas van como queremos, confiar en Dios es fácil. Pero cuando nos asaltan batallas abrumadoras, pruebas dolorosas, necesidades insatisfechas o esperanzas perdidas, podemos sentirnos tentados a preguntarnos: ¿Podemos seguir confiando en Él? Podemos preguntarnos por qué un Padre bondadoso permite que el dolor y las dificultades afecten la vida de sus hijos.
Incluso podemos dudar de si Él está dispuesto a hacer algo con respecto a nuestras circunstancias. Pero Dios aseguró a su pueblo en el versículo 15 del Salmo 50, la perfección de Su cuidado, cuando el salmista declaró del Señor: Invócame en el día de la angustia, y te rescataré.
¿Podemos realmente confiar en que nuestro Padre de los Cielso hará eso? En esos momentos es necesario reconocer el carácter de Dios, comprender que Él no sólo es capaz, sino que también está dispuesto a cumplir todas las promesas de las Escrituras. Aun cuando no podamos comprender por qué el Señor permite que ocurran ciertas situaciones, conocer Sus caminos puede ayudarnos a confiar en que Él siempre actuará de manera que las circunstancias que se presenten, produzcan bendiciones eternas para Sus hijos. Además, creer en Su carácter y amor hace posible que sigamos obedeciéndole, lo que significa que nos posicionamos para soportar y triunfar frente a los desafíos de nuestras vidas.
Así que, hoy, no desesperes, conócelo y sigue confiando, pues Él, en el día de angustia, te rescatará.
Señor, ayúdame a conocerte mejor, para que pueda confiar más en Ti. Abre mi corazón para que comprenda plenamente Tu carácter, Tu amor y Tu fidelidad. En los momentos de duda, recuérdame Tus promesas y Tu bondad inagotable. Enséñame a ver más allá de mis circunstancias y a centrarme en Tu plan eterno. Fortalece mi fe para mantenerme firme, obedecer Tu voluntad y encontrar paz en Tu presencia. Confío en Ti para que me guíes y me sostengas siempre. En El Nombre de Jesús, Amén.