Codicia el impío la red de los malvados; Mas la raíz de los justos dará fruto. Proverbios 12:12
Descubrir tu don espiritual es el primer paso hacia una vida de servicio gratificante en el reino de Dios que produce frutos que perdurarán por la eternidad (Filipenses 1: 6). Este descubrimiento no es misterioso ni difícil de determinar. Dios no obra para confundirte. Él quiere que conozcas y ejercites tu don espiritual para que puedas disfrutar de la plenitud de la vida cristiana y encontrar un significado eterno en tus interacciones diarias.
La verdad de todo ello, es que tu don espiritual está en la raíz de tu personalidad y funciona de acuerdo con el conjunto único de inclinaciones personales que posees. Fuiste creada para expresarlas a medida que el Espíritu Santo te da poder. Si disfrutas ayudando a los demás, el servicio puede ser tu regalo más motivador. Si disfrutas del estudio y la investigación, es más que probable que la enseñanza sea el presente por el que también puedas edificar a otros. Si otros se benefician constantemente de tu consejo y corrección sensata, el don de la exhortación es un buen lugar para comenzar en esa búsqueda.
El segundo mejor indicador de tu don espiritual es la verificación por parte de otros. Si te gusta enseñar, pero nadie crece en su relación con Jesús por tu instrucción, puede ser una preferencia en lugar de un verdadero don espiritual. Si disfrutas liderando a otros, pero nadie sigue a Cristo con más pasión debido a tu ejemplo, pastorear puede no ser tu llamado.
Así que pídele al Señor que Te revele aquellos dones espirituales que ha puesto en Ti, hoy. Examina tus gustos y por supuesto, tus disgustos, y esta atenta a los roles y actividades en los que sientas que el poder de Dios impulsa tus esfuerzos. Adicionalmente a todo esto, busca la opinión de los demás. Sobre todo, recuerda que tu don está determinado por el Padre, redimido por el Salvador, fortalecido por el Espíritu Santo y debe usarse para glorificar a Dios. Descubre tu don espiritual y experimenta produciendo el fruto que durará por la eternidad, para gloria del Señor.
Señor, gracias por el don espiritual que me has dado. Dame poder para entenderlo completamente y usarlo siempre para Tu gloria. En El Nombre de Jesús, Amén.