Saldrá la grama, aparecerá la hierba, Y se segarán las hierbas de los montes. Proverbios 27:25
A veces, puede que te sientas abatido por la inercia que en un punto dado puede llevar tu vida y tus circunstancias. Sentir haber perdido el rumbo, es para todos, mas frecuente de lo que imaginamos, por ello, no desesperes. Esto no durará para siempre. Se trata simplemente de una temporada de tu vida. Al igual que toda la naturaleza experimenta periodos de cambio y crecimiento, nosotros también.
Piénsalo. Durante el verano, el césped está verde y las flores silvestres cubren el campo. Nadie piensa en el frío de los meses de invierno ni en que los árboles perderán todas sus hojas. Pero sabemos que es parte de una época que también llegará a su fin, del mismo modo como comenzará el verano en el que, la vida brotará milagrosamente de las ramas aparentemente muertas, y un hermoso follaje prosperará donde parecía imposible que creciera.
Lo mismo puede decirse de la belleza que Dios está haciendo surgir en ti. Por supuesto, la base de tu crecimiento está en una relación profunda con Cristo. Como dijo Jesús en Juan 15:5: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”. Pero El Señor te hace pasar por tiempos de poda, separando la siega mala, de la buena, poder cultivarte para la vida abundante por la que has nacido. Él promete hacer cosas asombrosas a través de ti mientras permanezcas en Él. Así que no desesperes cuando te enfrentes a periodos de oscuridad. Más bien, confía en Él, que emplea el poder de la resurrección en tu favor para darte una vida verdadera y duradera.
Padre, es cierto que hoy puedo parecer derrotado por algunas pérdidas. Pero confío en Ti en que esto es sólo una temporada. Arranca de mi lo que me impide crecer en Ti, para que Tu vida abundante pueda hallarse en todo lo que soy, siempre para Tu Gloria. En El Nombre de Jesús, Amén.