El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. Juan 12:25
Algunas pruebas se sienten como el peor golpe para nosotros. Son momentos de una inquietante incertidumbre en el que nos preguntamos, ¿Dónde está Dios?.
En esos momentos debemos comprender que Él ha estado contigo desde el primer indicio de dolor y continúa estando contigo mientras hace este trabajo de refinamiento en ti. Pero antes de que puedas vivir tan plenamente como el Padre te creó, primero debes morir a tu deseo de controlar tus circunstancias. Debes estar preparado para dejar ir tu propia voluntad -tus sueños, ambiciones y metas- y permitir que el Señor te convierta en un recipiente útil para Sus propósitos.
Vemos este principio en todas las obras de Dios. El grano debe ser molido en harina para que tengamos pan. Las aceitunas deben ser prensadas para hacer aceite. Y por supuesto, hemos heredado una promesa de salvación porque Jesús permitió ser aplastado por el peso de nuestros pecados.
Es doloroso cuando muere nuestra voluntad propia, pero como resultado, encontramos vidas plenamente productivas y útiles. Así que pídele a Dios que te revele lo que está haciendo y que te ayude a ver este proceso de quebrantamiento a la luz de Su gran diseño para ti. Sólo entonces podrás conocer verdaderamente la vida en plenitud y encontrar tu propósito realizado por completo.
Señor, hoy rindo mi voluntad a Ti. Ayúdame a confiar en Tu proceso de refinamiento, sabiendo que Tú me estás moldeando para Tus propósitos. Muéstrame cómo dejar ir mis sueños, ambiciones y deseos y seguir Tu plan para mi vida. Enséñame a aceptar el proceso de quebrantamiento, confiando en que a través de él, Tú me llevas a la plenitud de la vida. En El Nombre de Jesús, Amén.