Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; Y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia. Proverbios 4:7
Las tragedias que leemos en las noticias son suficientes para hacernos preguntar: ¿Está Dios realmente en todo? Es una pregunta que no podemos ignorar cuando vemos a personas indefensas convertirse en víctimas de violentas tormentas, terremotos, erupciones volcánicas, incendios forestales, avalanchas y otros desastres terrestres. Y es una pregunta que muy probablemente nos haremos cuando nosotros mismos experimentemos pérdidas inesperadas. Si no recibimos respuesta, nuestro corazón puede volverse insensible y endurecerse, y no estar dispuesto a confiar plenamente en el Señor. Y esto no sólo impedirá nuestro testimonio a los no creyentes, sino que, en última instancia, obstaculizará nuestra intimidad con Jesús.
Pero al considerar tu vida hoy, debes saber esto: El Señor está en todo. Romanos 8:28 dice: “A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. Sin embargo, para entender lo que esto significa, necesitamos entender lo que no significa. Esto no significa que el Señor instigue el mal en el mundo. Más bien, Él lo permitirá sólo si hay algún propósito divino y eterno que Él pueda lograr a través de él. Puede que no seas capaz de ver cuál es Su razón, pero puedes confiar plenamente en que si continúas siguiéndole con una fe que no se desgasta ni se quiebra en la dificultad, eventualmente verás algún bien que valga la pena provenir de ese sufrimiento.
Pero no pierdas de vista el punto principal: Dios puede obrar a través de todas las cosas que te suceden para tu bien y Su gloria. No hay nada que puedas experimentar que Él no use para enseñarte algo importante. Por lo tanto, medita hoy en Romanos 8:28-39 y lleva tus angustias al Señor. Él quiere darle sentido a tu vida, así que permítele que te revele Sus grandes propósitos. (Jeremías 33:3)
Señor, Tú conoces las luchas que agobian mi corazón. Ayúdame a comprender todo lo que deseas enseñarme a través de mis experiencias. Que pueda confiar en que cada prueba y desafío sirve a Tu propósito que siempre será mayor, aun cuando no pueda verlo claramente. Abre mi corazón a Tu sabiduría, y dame Tu paz perfecta mientras sigo la guía que deseas otorgar a cada uno de mis pasos. Enséñame a entregarte todo, sabiendo que Tú actúas en cada circunstancia. Confío en Ti para que me reveles el significado y las lecciones que hay detrás de cada situación que ocurra en mi vida. En El Nombre de Jesús, Amén.
