Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones. 2 Pedro 1:19
¿Te sientes bien contigo mismo? La manera en que te sientes contigo mismo afecta la forma en que respondes a Dios y a los demás. No cabe duda de que en la vida tendremos momentos de dolor recurrente debido a nuestras faltas y fracasos, pero también tenemos la certeza de que ella será caracterizada por la paz y la alegría si cada día buscamos fortalecer nuestra seguridad en la relación con Nuestro Padre de los Cielos. Y es que si permites que te atormenten mensajes desagradables como «no puedo hacer nada bien» o «no valgo nada», no sólo te estás haciendo daño a ti mismo, sino que también estás pecando contra Dios. Debes cambiar lo que piensas de ti mismo y permitir que el Señor transforme tu mente a través de Su Palabra, tomando la valiosa edificación que de ella podemos extraer, a través de principios cómo los siguientes:
- Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13).
- Soy el hijo amado de Dios (Efesios 5:1).
- Nunca perderé las recompensas que el Padre ha guardado para mí (Mateo 10:42).
- El Señor me colma de bendiciones porque me ama incondicionalmente (Santiago 1:17).
- Pertenezco a la familia de Dios y soy coheredero con Cristo (Romanos 8:17).
- Cristo murió por mí para que yo viva para Él (2 Timoteo 1:8-10).
Los mensajes de amor de Dios disiparán la inseguridad que sientes y te ayudarán a tener la confianza que necesitas para afrontar cualquier batalla que se te presente. Así que profundiza en la Palabra. Ciertamente, Su verdad te guardará, te animará y te guiará en el camino que debes seguir.
Señor, ¡gracias por Tu maravillosa Palabra! Sustituye las mentiras que he creído por Tu verdad para que pueda disfrutar de la vida que Tú has planeado para mí. Ayúdame a interiorizar la verdad de quién soy en Ti y a vivir con confianza y paz. Elimina las inseguridades que han nublado mi mente y dame la fuerza para superar cualquier pensamiento negativo. Que pueda reflejar Tu amor y verdad en todo lo que hago, sabiendo que soy Tu hijo amado. Gracias por la vida que me has dado, y que pueda vivirla plenamente para Tu gloria. En el nombre de Jesús, te lo ruego. Amén.