Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. Josué 1:6
¿Te sientes desanimado por las opciones que en este momento se te presentan? ¿Tienes miedo de algo que Dios ha puesto en Tu camino? Tal vez te enfrentas a una decisión que parece demasiado difícil de tomar debido al impacto que tendrá en los demás. La buena noticia es la siguiente: No estás solo. Todas las personas de la tierra, en todas las generaciones, se han enfrentado o se enfrentarán a la misma indecisión y vacilación.
Pero, ¿qué haces cuando te sientes inadecuado o inseguro porque las decisiones que tomas afectarán profundamente a los demás? Josué sabía exactamente lo que significaba encontrarse en una situación tan temible y desalentadora. Su amado líder, Moisés, acababa de morir. Y ahora, Dios Todopoderoso le pedía no sólo que ocupara el puesto que Moisés había ocupado, sino también que guiara a toda una nación a una tierra en la que Moisés -a través de quien el Señor había obrado muchos milagros- no había podido entrar.
Solemos ver a Josué como el valiente espía que miraba a la Tierra Prometida con esperanza cuando otros no veían más que desafíos (Números 13-14). Sin embargo, Josué también comprendía la enormidad de su responsabilidad y tenía miedo.
Afortunadamente, fue la promesa de Dios la que le ayudó a salir adelante. El Señor le había dicho: «Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.» (Josué 1:5).
Lo que hizo que Josué tuviera éxito es que hizo caso a las instrucciones del Señor y se guió por Su sabiduría. Josué avanzó por fe y dejó que la Santa Palabra de Dios dirigiera sus pasos, y ello marcó la diferencia. Al enfrentar tu desafío, ¿harás lo mismo?
Señor, confío en Ti. Guíame con Tu sabiduría para que pueda guiar a otros con éxito, y cumplir por encima de todo, Tu Santa Voluntad. En El Nombre de Jesús, Amén.