Da al sabio, y será más sabio; Enseña al justo, y aumentará su saber. Proverbios 9:9
¿Te das cuenta de que aceptar a Jesús como tu Salvador tiene implicaciones prácticas? ¿Significa que te has comprometido a adoptar una nueva forma de vida: someterte a Dios, reconocer Su autoridad y abrazar Sus valores? Significa que has muerto a este mundo y estás vivo en Cristo (Mateo 10:38-39). Por supuesto, las cosas de la tierra -dinero, prestigio, autoridad, posesiones- siempre competirán por tu lealtad de forma irresistible. Pero cuando perteneces a Jesús, te das cuenta de que esas cosas son temporales e indignas de tu devoción.
También significa que son los planes del Señor, y no los tuyos, los que dictan tu vida. Por supuesto, sueñas y tienes ambiciones que Él ha plantado y anhela ver cumplidas en ti. Pero siempre debes estar dispuesto a someter todas tus esperanzas a la voluntad de Dios, comprendiendo que lo que Él desea para ti es mejor que lo que tú quieres para ti mismo. Por eso Jesús debe tener derecho a dirigir tu vida según Su sabiduría.
Por último, significa que debes verte siempre como un siervo. Cristo, que es el Señor, se hizo siervo de todos (Marcos 10:45), y tú debes reflejar eso: manifestar Su corazón de servicio sacrificado y amoroso.
Puede que hoy estés luchando porque has perdido cosas que eran importantes para ti, como derechos, riqueza, prestigio, sueños o autoridad. Esas pérdidas duelen porque a menudo se les atribuye un valor terrenal. Sin embargo, ahora perteneces a Jesús, con un valor eterno y una nueva identidad. Despréndete de esas cosas y confía en Dios. Él siempre te da mucho más de lo que puedas perder.
Padre, sé que lo que siento forma parte de la adaptación a la nueva vida que Tú me has dado. Muero a estas cosas mundanas para poder tener las bendiciones eternas que Tú has planeado para mí. En El Nombre de Jesús, Amén.