El temor del hombre pondrá lazo; Mas el que confía en Jehová será exaltado. (Proverbios 29:25)
Dios mismo es consciente de todas las dificultades que atraviesas en Tu vida. Estos obstáculos en tu camino, estas pruebas, estos desafíos… están permitidos para Sus propósitos. Puede que la verdad de esta palabra te resulte difícil hoy, mientras atraviesas una dura batalla que te ha producido tanto pesar. Puede que no seas capaz de imaginar por qué un Dios bueno permitiría tales problemas sobre tu alma ya cargada. ¿No has buscado Su voluntad? ¿No le has seguido tan fielmente como tal vez piensas. Has descuidado aquello a lo que nos llama? Y, de ahi, que todo lo que te espera parece oscuro y premonitorio.
Comprende que el Padre ha visto en ti un raro potencial que debe desarrollarse, y la única manera de liberarlo es colocarte en situaciones que desarrollen tu confianza en Él. Tiene que fortalecer tu fe para prepararte para Sus grandes propósitos.
No parece que esté ocurriendo algo positivo. De hecho, lo más probable es que no puedas ver el camino a seguir, y el futuro puede parecer bastante desesperanzador. Tal vez sientas como si un sueño tras otro se hubiera ido al traste. No desesperes. Esto es lo que hace falta para que dejes de depender de ti mismo y te entrenes para confiar en Dios en mayor medida. Se te despoja de todo para que Él pueda ser tu todo.
Entonces, ¿cómo debes responder? En primer lugar, muestra una actitud de obediencia y disposición perseverante ante aquello que el Señor ha puesto en Tu camino, no luches contra ello, se consciente de esta actitud perseverante que debes poseer en todo momento. Por otro lado, pregúntale al Padre qué te de la sabiduría para entender, qué rasgo de Tu carácter, el quiere pulir en Ti. En segundo lugar, date cuenta de que el mayor obstáculo para confiar en Dios pueden ser tus emociones, pero no tienes por qué vivir según ellas. En lugar de eso, toma adelante y de antemano, la palabra al Señor y aférrate a Sus promesas. Por último, siempre que sientas la tentación de dudar, concéntrate en el carácter eternamente inmutable de Dios y toma la decisión de tener fe. Aquel que se ha mostrado fiel a lo largo de las generaciones no te fallará ni te abandonará (Josué 1:5). Confía en Él.
Señor, confío en que estas pruebas vienen de Tu mano para hacer realidad Tus propósitos de bien, en mi vida. Ayúdame a aprender lo que Tú me deseas enseñarme, durante cada una de mis batallas. En El Nombre de Jesús, Amén.