Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? (Jeremías 17:9)
Nuestro corazón es más engañoso que cualquier otra parte de nuestro cuerpo. Nos vemos constantemente atrapados en situaciones complicadas a causa de los deseos que brotan de su interior. Algunos deseos son legítimos, otros no. Saber distinguirlos es una tarea difícil y requiere la poderosa ayuda de nuestro Amado Espíritu Santo. Sólo Él es capaz de sondear, indagar en nuestro interior y revelarnos lo que es realmente válido, es decir, lo que está en consonancia con la voluntad de Dios.
“Todo está permitido”, pero no todo es apropiado. “(1 Corintios 10:23) No todos los deseos aportarán edificación a nuestra vida. Un deseo puede ser legítimo, pero no útil para nuestra edificación. Por eso es fundamental conocer la voluntad de Dios para nosotros, porque conocer su voluntad y obedecerla significa caminar de victoria en victoria, incluso cuando todo lo que te rodea parezca un desierto sin siquiera un oásis en el que, encontrar refugio.
Nuestro corazón necesita ser protegido por Dios, “porque de él salen los manantiales de la vida”. (Proverbios 4: 23) Esta protección garantizará que nuestro corazón lata al ritmo del corazón del Padre. Pero, ¿cómo logramos ese objetivo? ¿Cómo deseamos lo que desea el Padre? lo fundamental y prioritario es la primera invitación y exhortación de la Palabra: amar a Dios sobre todas las cosas, “ámale con todo tu corazón, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”. (Marcos 12: 33) Tienes que permitir que Él se siente en el trono de tu corazón y gobierne tu vida. Si Él es el primero, si tiene la primacía, tendremos la oportunidad de conocer Su corazón y seguir Sus mandatos.
Y lo segúndo, pero no menos importante, como lo habíamos mencionado: estemos atentos de pensamiento, palabra y obra, en sondear La voluntad de Nuestro Padre Celestial, cotejarla con Su Palabra, y seguirla a Toda costa.
Y es que cualquier cosa que deseemos que no esté en consonancia con Su voluntad, Él nos la revelará. No sentiremos paz hasta que estemos libres de los deseos erróneos que proceden de nuestros corazones engañosos. Y es que solo, libres de tales pensamientos, estaremos protegidos y seguros.
Estar en el centro de la voluntad de Dios significa tener una vida llena de paz, alegría y esperanza. Significa desear lo que desea el Padre, significa vivir por Él y para Él.
No sé qué anhela hoy tu corazón. Quizá veas la respuesta a tu vida en un cambio de domicilio, un nuevo trabajo o incluso un difícil problema familiar o laboral. ¡No te arriesgues! El Padre conoce tu corazón. No te dejes engañar; permítele que te revele las verdaderas intenciones que hay en tu interior. ¡El Padre sabe lo que es mejor para ti!
Dios Te Bendiga.
