Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu. Salmos 34:18
Cuando atravesamos pruebas especialmente dolorosas, a menudo entramos en una temporada en la que lo único que podemos hacer es procesar lo que ha sucedido. Algunos se sumergen en el trabajo o en sus aficiones, otros se refugian en la soledad y muchos buscan apoyo en las conversaciones con sus seres queridos. En esos momentos, es fácil preguntarse si hemos decepcionado a Dios al no servirle como lo haríamos normalmente. Suponemos que, al no cumplir nuestras propias expectativas, también debemos estar fallándole a Él.
Pero recuerda: Jesús te ama incondicionalmente y con compasión. Así como una cirugía física requiere recuperación, también la cirugía espiritual necesita tiempo para sanar, y Él lo entiende. Su amor no depende de tu desempeño. Si bien el pecado le entristece y Él nos llama amorosamente a alejarnos de él, tu temporada de descanso y sanación no disminuye Su cuidado por ti.
Libérate de la culpa y permite que Dios use este tiempo para enseñarte y fortalecer tu espíritu. Cuando la sanación sea completa, Él estará a tu lado, guiándote, fortaleciéndote y dándote poder para avanzar con valentía.
Señor, gracias porque estás cerca de mí cuando mi corazón está quebrantado y mi espíritu abatido. Ayúdame a recordar que tu amor no depende de mi rendimiento, sino de tu gracia infinita. Libérame de la culpa mientras tomo tiempo para sanar y permite que tu presencia me consuele en esta temporada. Cuando llegue el momento, dame fuerzas para levantarme de nuevo, caminar con fe y avanzar con valentía. En el nombre de Jesús, Amén.