Así como estuve con Moisés, estaré contigo; no te fallaré ni te desampararé. Josué 1:5
A veces, el Padre te asignará tareas que parecerán abrumadoras, tal vez incluso imposibles. Josué lo entendió perfectamente. Después de la muerte de Moisés, Dios lo eligió para guiar a los israelitas hacia Canaán, una tierra llena de enemigos y peligros desconocidos. Y lo haría sin Moisés, sin ese mentor, sin el líder sabio en quien había confiado tanto tiempo.
Puedo imaginar lo solo que Josué debió sentirse, cargando todo el peso del liderazgo. Pero Dios le hizo una promesa: “Así como estuve con Moisés, estaré contigo.” Cada victoria que Moisés logró vino de la mano de Dios, y el mismo Dios que estuvo con Moisés, ahora caminaría con Josué en cada batalla, en cada paso incierto.
Quizás hoy enfrentas un reto que se siente demasiado grande para ti. Tal vez Dios te ha colocado en una situación que te hace sentir insuficiente, desprevenido o incluso solo. Pero tienes que saber esto: el Señor está contigo. Jesús mismo lo prometió: “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20). Él nunca te dejará ni te abandonará.
Dios no te llamará a algo sin equiparte para ello. Así que avanza con valentía, no en tu propia fuerza, sino en la que Él ya ha preparado para ti, asegurando tu victoria.
Señor, siento el peso de lo que tengo ante mí, pero me aliento con Tu promesa. Estuviste con Moisés, estuviste con Josué, y estás conmigo. Fortalece mi fe y recuérdame que nunca me dejarás ni me abandonarás. Ayúdame a confiar en Tu provisión, caminar en obediencia y enfrentar cada desafío con confianza en Tu poder. Me apoyo en Tu presencia fiel. En el nombre de Jesús, Amén.