Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. Juan 15:7
«Yo no puedo, pero Cristo sí puede». En esta sencilla declaración se encuentra el secreto para enfrentar cualquier desafío de la vida. Puede que hoy no tengas los recursos, la fuerza o las respuestas que tanto necesitas, pero no estás solo. Dios las tiene. Y esta verdad debería liberarte: no necesitas cargar con el peso de resolverlo todo por ti mismo.
La clave está en permanecer en Cristo. Él es la fuente de sabiduría, poder y provisión inagotable. Permanecer en Él significa caminar a Su lado, reconocer que Él es tu vida, confiar en Su dirección y obedecerle con un corazón dispuesto. Es saber que, día a día, al rendirte a Su Palabra, recibirás lo que tu alma más anhela: guía, paz, consuelo, amor, sabiduría, paciencia, fortaleza.
Lo que tú no puedes producir por tus propias fuerzas, Cristo lo puede hacer en ti. Y lo hará. Porque Él no solo te invita a permanecer en Él, sino que promete responder cuando clamas desde esa relación viva y constante.
Así que no te frustres por tus limitaciones. Abraza tu dependencia de Dios. Porque cuando permaneces en Él, todo lo necesario vendrá en su momento, por medio de Su amor y poder.
Señor Jesús, gracias porque en Ti tengo todo lo que necesito. Hoy elijo permanecer en Ti, confiar en Tu poder y depender de Tu amor. Sé que no puedo por mí mismo, pero Tú puedes obrar en mí y a través de mí. Enséñame a caminar contigo, a recibir Tu Palabra con humildad y a permitir que Tu vida fluya en la mía. En el nombre de Jesús, Amén.