Porque en ti, oh Jehová, he esperado; Tú responderás, Jehová Dios mío. Salmos 38:15
Cada vez que oras, puedes tener la certeza de que Dios escucha y responderá. Su respuesta puede ser un “sí”, un “no” o un “espera”, pero en todos los casos, vendrá envuelta en Su amor perfecto y en Su sabiduría eterna. Aunque a veces anhelemos una respuesta inmediata y favorable, debemos recordar que el “no” de Dios también es una respuesta misericordiosa, diseñada para nuestro bien.
Dios nunca rechaza a quien espera en Él con humildad y confianza. Pero mientras esperamos, es importante examinarnos con sinceridad. Pregúntate: ¿He rendido completamente todas las áreas de mi vida al Señor? ¿O mi petición refleja un área en la que todavía me resisto a Su voluntad?
A veces, sin darnos cuenta, buscamos que Dios respalde nuestros propios planes, en lugar de someternos al Suyo. Si descubres que estás aferrándote a tu camino, entrégalo. Arrepiéntete, abre tu corazón, y permite que Él reine por completo.
También considera esto: ¿Estoy obedeciendo lo que ya me ha mostrado? El Señor guía paso a paso, y muchas veces Su silencio o Su negativa es una invitación a obedecer lo que aún no hemos hecho. La fe no se trata solo de pedir, sino también de caminar conforme a lo que Él ya ha revelado.
Señor, en Ti he esperado, y confío en que Tú responderás a cada oración con sabiduría y amor. Ayúdame a rendirme por completo, a soltar mi resistencia y a someterme con obediencia a Tu voluntad. Si me has dicho que espere, esperaré con fe. Si me has dicho que no, confiaré en que Tu “no” también es un acto de cuidado. Que mi corazón permanezca abierto y sensible a Tu voz. En el nombre de Jesús, Amén.