Alaben el nombre de Jehová, Porque solo su nombre es enaltecido. Su gloria es sobre tierra y cielos. Salmos 148:13
En sentido estricto, toda la creación está en un acto permanente de alabanza a Dios. Basta con abrir los ojos y dejarse contagiar por este maravilloso ejercicio, y las bondades que el observar la grandiosa obra del Señor nos producirá.
Empezando por el cielo, es suficiente con mirar el esplendor de las estrellas, el calor del sol y el encanto de la luna para rendirse al Creador.
La simple lluvia, ya sea lloviznando o a cántaros, es una hermosa expresión de adoración al Todopoderoso. Allí la evidencia de que hasta el techo del universo se inclina ante Dios. Todo le obedece sin falta. Desde los cometas hasta las mareas, Él dio una orden y todo fue creado; fijó cada cosa en su lugar para siempre y estableció leyes de las que nadie puede escapar.
En las profundidades de los mares, incluso especies que el ser humano aún no ha clasificado ensalzan Su creatividad y Su indescriptible sabiduría.
Sí, el relámpago y el granizo, la nieve y la niebla, los fuertes vientos también se someten a Su poder. Y no hay montaña, pino, naranjo, bestia, oveja, ave o sardina que escape a tan sublime regla, y todo para un mismo fin: ¡para resaltar la belleza y majestad de Dios!
Incluso los gobernantes de esta tierra se inclinarán tarde o temprano ante su soberanía. Unámonos también nosotros, a esta práctica bendita.
Démosle la prominencia que sólo a Él corresponde, pues «solo su nombre es enaltecido. Su gloria es sobre tierra y cielos.».
Es más, no deja de asombrarnos y conmovernos Su amor por nosotros, hasta el punto de considerarnos sobre todas las cosas, privilegiada parte de Su creación amada.
Alabado sea Dios hoy, mañana y siempre.
Señor, dame la sabiduría y el discernimiento, para alabarte con mis acciones, pensamientos y palabras. Y dame también, Padre, la fe para adorarte de todo corazón y en toda situación poniendo mi esperanza, cuando llegue la dificultad, sólo en Tu poder que es infalible y logra cualquier imposible. En El Nombre de Jesús, Amén.
