El alma generosa será prosperada; Y el que saciare, él también será saciado. Proverbios 11:25
¿Qué significaría para ti que alguien te animara? ¿Recuerdas alguna ocasión en la que alguien te haya ayudado a encontrar el valor para seguir adelante o te haya levantado el ánimo? A veces basta una palabra amable o una sonrisa para marcar la diferencia en la vida de alguien que está pasando por un momento difícil. Puede fortalecer a una persona sentirse amada en los momentos bajos, cuando no puede ver con claridad el camino a seguir o no puede discernir el plan Nuestro Padre Celestial. Por eso Isaías 35:3-4 exhorta: “Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.”
Animar es la maravillosa responsabilidad dada por Dios a todos los que pertenecen a Jesús, y es absolutamente indispensable para el Cuerpo de Cristo. ¿Por qué? Porque cuando nos recordamos unos a otros las promesas y la fidelidad del Padre, eso nos protege contra el pecado y la incredulidad (Hebreos 3:13).
No existe una persona que no necesite ánimo. Por eso Pablo instruyó: “Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis…También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos.” (1 Tesalonicenses 5:11, 14). Así que hoy, busca a quienes necesiten una palabra amable o tu mano amiga. Refresca sus espíritus con un testimonio de la bondad y la provisión del Señor. Expresa tu confianza en el plan de Dios para sus vidas. O simplemente ámalos orando con ellos. Porque al buscar maneras de animar a aquellos con quienes interactúas, edificas a tus seres queridos, fortaleces tus relaciones y honras al Señor. Y eso ciertamente resultará en bendiciones para ti a cambio.
Padre, por favor muéstrame a quién deseas que anime hoy. Llena mi boca con palabras de Tu bondad y fidelidad para que ellos sean fortalecidos y Tú glorificado, en todo momento. En El Nombre de Jesús, Amén.