Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. 2 Corintios 10:5
Todos somos tentados a pecar en algún momento, no importa cuántos años llevemos caminando con Dios o cuán comprometidos estemos con Él. Pero es importante que nos demos cuenta de que el proceso de tentación comienza con lo que pensamos. Fantaseamos con el objeto de nuestros deseos: cómo nos sentiríamos al poseerlo y cuán infelices seríamos sin él. A medida que pasa el tiempo, la presión aumenta. Llegamos a un punto en el que debemos tomar una decisión: ¿Nos apartaremos de la tentación, o cederemos a ella y al placer temporal que promete y afrontaremos las consecuencias? Una vez que consentimos, el pecado se apodera de nosotros.
Por supuesto, cuando eres un creyente, el Espíritu Santo te ayudará a alejarte de la tentación durante cualquier paso de este proceso. Pero se advierte que la tentación se vuelve cada vez más difícil a medida que por ella, el creyente avanza. Esta es la razón por la que es tan increíblemente importante que lleves “cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Corintios 10:5) tan pronto como sea posible. Porque donde tu mente vague, tus pies te seguirán. Necesitas responder sabiamente guardando tus pensamientos.
Así que considera: ¿Hay algo en tu vida hoy que te está tentando a perder la fe en el Padre, desviarte de Su voluntad, o ir más allá de los límites que Él ha establecido para ti en Su Palabra? Puedes vencer la tentación a través de Jesucristo. Meditar en la Palabra de Dios y pasar tiempo con Él te capacitará para permanecer firme en tu lucha contra el pecado. Así que defiéndete poniendo tu mente en las cosas que honran al Padre. Hónralo y confíe en que Él te librará. Ciertamente no te decepcionará.
Señor, Tú conoces las tentaciones que enfrento. Sólo puedo luchar contra ellas con Tu fuerza. Ayúdame a vencerlas dándome las promesas de Tu Palabra y dándome poder a través de Tu Espíritu Santo. En El Nombre de Jesús, Amén.