Cuando ponía al mar su estatuto, Para que las aguas no traspasasen su mandamiento; Cuando establecía los fundamentos de la tierra. Proverbios 8:29
Párate en cualquier playa y podrás ver la gran sabiduría de Dios al establecer los límites del océano. Observa las imágenes de tsunamis y huracanes, y podrás ver la confusión que se produciría si no existieran Sus leyes que regulasen el alcance de esas poderosas aguas. ¿Cómo podrían establecerse puertos, vitales para el comercio y los viajes? ¿Cómo podrían establecerse islas o construirse ciudades costeras si no hubiera coherencia en el comportamiento de los mares?
Sin embargo, el Señor muestra una sabiduría increíble en todos los límites que designa para Su creación, especialmente los que establece para las amadas criaturas que llevan Su imagen. Generalmente, cuando nos sentimos tentados, nos vemos tentados a llevar nuestros deseos divinos más allá de los límites que Él ha establecido, lógicamente para nuestro bien. Por ejemplo, el hambre es un impulso natural necesario. Pero existen parámetros sobre cuánto debemos comer y qué debemos consumir para mantenernos sanos. Cuando nos salimos de esos límites, podemos hacer daño a nuestro cuerpo.
Amigo y amiga que me lees, quizá te asombren los mandatos que el Padre ha dado sobre la conducta y la forma en que ordena las comunidades y las relaciones. Pero lo hace porque ve lo destructivo que sería un desbordamiento masivo de libertad sin límites, igual que ocurriría con los océanos, o de la misma forma que podríamos pensar, en terminos de un tren sin rieles, que demarquen su rumbo; evidentemente, este tren sin dirección, se iría al precipicio.
Hoy recuerda, que Tu Padre quiere proteger todo el potencial que hay en ti. Así que, no desprecies las restricciones que te pone el Señor, aunque te parezcan limitantes. Más bien, obedécele y agradécele los límites que te da, sabiendo que tienes a tu disposición muchas más posibilidades y bendiciones porque tales límites, existen (Deuteronomio 5:32-33).
Señor, gracias por los límites que has establecido para protegerme. Puede que no vea todas las formas en que estos parámetros me ayudan a alcanzar mi potencial, pero confío en Ti para que hagas de mí todo aquello para lo que me creaste. En El Nombre de Jesús, Amén.
