Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. (Salmo 19:1)
El ser humano ha construido complejos aparatos para contemplar y comprender mejor los cielos. El más importante de ellos es el telescopio espacial Hubble, que comenzó a funcionar en 1990 y ha sido mejorado en varias ocasiones. Con 13 metros de largo, 4,3 metros de diámetro y 11,6 toneladas de peso, puede dar la vuelta a nuestro planeta en sólo 95 minutos. Al encontrarse en el espacio, donde la visibilidad no se ve mermada por la brumosa atmósfera y la contaminación lumínica, y al disponer de un campo de visión amplio y estable, se puede ver mucho más lejos y con mayor claridad que un telescopio terrestre. Tan grandioso telescopio, ya ha observado y proporcionado imágenes espectaculares que revelan galaxias a miles de millones de años luz de distancia. Más recientemente, entró en funcionamiento otro telescopio más grande y avanzado, el James Webb.
Así, utilizando potentes telescopios, los científicos han descubierto que existen cientos de miles de millones de galaxias. Cada una de ellas contiene alrededor de 500.000 millones de estrellas y planetas. ¿Cómo surgió todo esto? Las Escrituras afirman: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1:1).
¿Cómo sucedió esto? “Por su palabra fueron hechos los cielos, y por el aliento de su boca el ejército de ellos. [Porque Él habló, y todas las cosas fueron hechas; Él ordenó, y todas las cosas llegaron a ser” (Sal 33:6, 9). De hecho, “el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo que es visible surgió de cosas que no son visibles” (Heb 11:13). ¡Qué grande y poderoso es este Dios creador! No es de extrañar que el profeta escribiera de Él: “He aquí que las naciones son consideradas por Él como una gota de un cubo y como un grano de polvo en la balanza; he aquí que Él lleva las islas como polvo fino. […] Ante Él todas las naciones son como nada; las considera menos que nada, como un vacío” (Is 40:15, 17).
La inmensidad del universo es una demostración visible de nuestro gran Dios. El salmista dice: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos” (Sal 19,1). Si hoy sientes la tentación de dudar y darte por vencido, no te desanimes. El Creador del vasto Universo es el mismo Dios que entregó a Su hijo en la cruz por Ti, para salvarte.
Dios Te Bendiga.