Y conozcamos, y sigamos adelante en el conocimiento de Jehová. Oseas 6:3
Cuando era niño, mi concepto de Dios era el de un juez severo sentado en el cielo, esperando a que cometiera un error para castigarme. Me esforzaba por agradarle y, la mayoría de las veces, pensaba que no lo lograba. Vivía con el temor de que el Señor me corrigiera duramente.
Pero ahora conozco la verdad. Cuando pienso en mi amoroso Padre celestial, mis pensamientos son todo lo contrario. Lo veo como mi Sustentador, mi Protector, mi Proveedor y el Guardián de mi vida. Confío plenamente en que Él me perdona cuando peco y en que estoy eternamente seguro en la salvación que me ha dado. También sé que Su deseo siempre es para mi mayor bien eterno.
¿Cómo cambió mi percepción? Primero, puse a prueba lo que creía sobre Dios comparándolo con la Escritura y descubrí quién es realmente. Luego tomé la decisión de confiar en Él. Tú también puedes hacerlo. Confía en el Salvador que te ama, te sostiene, te provee, cuida de ti, siempre está disponible y tiene el control absoluto de tu vida. A medida que lo hagas, crecerás en amor por Él.
Señor, quiero conocerte tal como eres. Libérame de las ideas equivocadas que he tenido sobre ti. Muéstrame tu verdad y enséñame a confiar profundamente en tu amor y en tu carácter. Acércame a tu corazón cada día, y transforma mi vida mientras aprendo a caminar contigo. En El Nombre de Jesús, Amén.