En tu mano están mis tiempos; Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores. Salmos 31:15
Me doy cuenta de que hoy puedes estar muy ocupado. Todos hemos tenido momentos en los que las presiones de la vida nos rodean y sentimos que no tenemos margen. El problema es que, cuando le decimos a Dios que no tenemos tiempo para Él, en realidad estamos diciendo que no tenemos tiempo para la vida, la alegría, la paz, la dirección, el crecimiento o el logro, porque Él es la fuente de todas esas cosas. Si no buscamos que Él nos guíe y empodere durante los momentos más agitados, nos estamos perdiendo al Único que puede conducirnos al éxito en ellos.
Así que aparta tiempo para pensar en el Señor, escucharlo y permitir que examine, sane y enseñe a tu espíritu. Cuando lo hagas, Él te equipará y capacitará para cumplir tus tareas, haciéndote más agudo y veloz que si no hubieras estado con Él. Es sorprendente lo que Dios puede hacer en un corazón atribulado en un corto período de tiempo. Estoy convencido de que quienes han aprendido a meditar en el Señor pueden correr más lejos y más rápido sin perder la calma en su espíritu. ¿No sería útil eso para todo lo que tienes que hacer hoy?
Señor, en medio del ajetreo y las presiones de este día, enséñame a encontrar mi descanso en Ti. Ayúdame a recordar que mi tiempo está en Tus manos y que solo en Tu presencia hallo claridad, fortaleza y paz. Silencia mis distracciones, renueva mi espíritu y dirige cada paso que dé hoy. Capacítame para honrarte en todo. En El Nombre de Jesús, Amén.