Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo. Hebreos 10:19
¿Alguna vez sientes que tus oraciones son débiles, vacías o llenas de dudas? ¿Te cuesta creer que Dios realmente te escucha y responderá? Si es así, hay tres verdades que pueden transformar por completo tu vida de oración:
- Tienes acceso completo a Dios
No te acercas al Padre por tus méritos, sino por la sangre de Cristo. Jesús abrió para ti el camino al Lugar Santísimo. No necesitas tener miedo ni sentirte indigno. Puedes orar con plena confianza, porque tu entrada ha sido asegurada por Su sacrificio. Dios te recibe como a un hijo amado. - Puedes orar conforme a Su Palabra
Si alguna vez no sabes qué decir o temes equivocarte al orar, recurre a las Escrituras. Orar con la Palabra de Dios es caminar en Su voluntad. Cuando usas Sus promesas como guía, estás hablando el lenguaje del cielo. Dios siempre honra Su Palabra. - Puedes descansar en Su plan perfecto
No necesitas tener todas las respuestas. Dios ya las tiene. Él es lo suficientemente fuerte para llevar tus cargas, lo suficientemente sabio para darte lo que verdaderamente necesitas y lo suficientemente amoroso para actuar en tu favor. No se trata de indicarle qué hacer, sino de confiar en Su fidelidad y agradecerle por cómo obrará.
Padre celestial, gracias porque, por medio de la sangre de Jesús, tengo libertad para acercarme a Ti. Me presento ante Tu trono con confianza, sabiendo que soy aceptado por lo que Cristo hizo. Enséñame a orar según Tu Palabra y a confiar en Tu perfecta voluntad. Renuncio a querer tener el control y descanso en Tu amor, sabiduría y fidelidad. Gracias por obrar siempre en mi vida para bien. En el nombre de Jesús, Amén.