Cuando formaba los cielos, allí estaba yo. Proverbios 8:27
A menudo se hace referencia a Jesús como Salvador, Mesías, Cristo y Sumo Sacerdote, por nombrar sólo algunos títulos. Sin embargo, la descripción más importante y precisa de Jesús es una que a menudo no entendemos: Jesús es Dios.
Por supuesto, decimos: «Jesús es el Señor», pero ¿qué significa eso exactamente? Si Cristo no fuera deidad, entonces sería blasfemo atribuirle total señorío y soberanía. De hecho, en Juan 8:57-58, Jesús escandalizó a los judíos al decir: «Antes que Abraham naciera, Yo soy». «YO SOY», por supuesto, es el nombre divino que el Padre comunicó a Moisés (Éxodo 3:14), y al utilizar esta expresión, Jesús afirmó ser Dios. Y en Juan 10:30, Él afirma: «Yo y el Padre somos uno».
Y fiel a su forma, la Escritura muestra claramente que Cristo es, de hecho, plenamente Dios y totalmente digno de todo honor, gloria, poder y alabanza. En Juan 1:1-5, vemos que Jesús no sólo está presente en la creación, sino que todo en el universo llegó a existir por Su sabiduría y poder y existe por Su placer (Colosenses 1:15-16). Y en Apocalipsis 19-20, vemos que un día vendrá de nuevo como Señor reinante de toda la creación para juzgar a los vivos y a los muertos.
Amigo, si confías en la santa Palabra de Dios, entonces debes reconocer la verdadera naturaleza de Aquel que dio tanto por ti. Esto hace que Su sacrificio expiatorio y la promesa de Su presencia sean aún más maravillosos. Aquel que te creó, te salvó y está siempre contigo, no hay nada que Él no pueda manejar. Así que alábale hoy por lo mucho que te ama y cuida de ti.
Señor Jesús, alabo tu santo nombre. Tú formaste los cielos y la tierra y tenerte como mi Defensor es más maravilloso de lo que puedo expresar. Estoy asombrado de Tu poder y soberanía, sabiendo que siempre estás conmigo. Gracias por Tu increíble amor, por bajar a esta tierra a darme tu promesa de salvación y por ofrecer Tu presencia en cada momento de mi vida. Confío en Ti para que me guíes, me protejas y me lleves a la gloria. En Tu santo nombre, Amén.