Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón; Porque son vida a los que las hallan, Y medicina a todo su cuerpo. Proverbios 4:20-22
En su tercera carta, el apóstol Juan se dirige a un fiel laico llamado Gayo que fue una gran bendición para la iglesia local. Alimentaba y alojaba a los pastores itinerantes cuando pasaban por la ciudad, y era generoso con el tiempo, el dinero y la vida que Dios le daba. La carta de Juan aplaude el servicio de Cayo, y escribe: «Ruego que prosperes en todo y tengas buena salud, así como prospera tu alma» (v. 2).
La oración de Juan reconoce que, en realidad, el Señor quiere que prosperemos en los tres aspectos de la vida: física, económica y espiritualmente. A menudo pensamos en los beneficios espirituales de someternos a Dios, pero no debemos pasar por alto las bendiciones de salud y financieras que acompañan el caminar con Él. Cuando nuestro enfoque es mantener nuestra relación con Dios creciendo, esto hará una tremenda diferencia en cada aspecto de nuestras vidas porque los problemas que surgen no parecerán tan abrumadores. No intentaremos apaciguar nuestros problemas con riquezas o ahogarlos con comportamientos adictivos que afectan nuestro bienestar, tácticas que siempre fracasan. En lugar de eso, nos centraremos en el Padre, recordando que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. (Filipenses 4:13).
Así que si te sientes abrumado por la preocupación por la salud o por asuntos financieros, puede que haya algún temor o problema subyacente que esté impulsando esas preocupaciones. Pide a Dios que te ayude a identificar el origen de tu ansiedad y la causa de tus problemas. Céntrate en tu relación con Él y permítele que actúe en ti. Y a medida que Él lo haga, las otras áreas de tu vida alcanzarán un equilibrio saludable. ¿No sería maravilloso?
Padre, sé que Tu Palabra es vida. Trabaja en mí, revela lo que está mal, y trae todas las cosas a un sano equilibrio. Ayúdame a confiar en Ti en cada aspecto de mi vida: mi salud, mis finanzas y mi camino espiritual. Muéstrame cualquier temor o preocupación que necesite entregarte, y lléname de Tu paz que sobrepasa todo entendimiento. Confío en que al centrarme en Ti, me guiarás para vivir una vida de equilibrio y bienestar en todas las áreas. Gracias por Tu gracia y fortaleza. Te lo ruego en el nombre de Jesús. Amén.
