En el rostro del entendido aparece la sabiduría; Mas los ojos del necio vagan hasta el extremo de la tierra. Proverbios 17:24
Es fácil quedar atrapado en nuestro servicio para el Señor. Cuando nos convertimos en Cristianos y comenzamos a crecer en nuestra relacion con El, El finalmente nos lleva a alguna forma de ministerio donde podemos expresar Su amor a otros. Tal vez es algo formal y organizado, como un maestro de la iglesia de los niños o un líder de adoración. O tal vez sea algo menos formal pero igual de importante, como donar tiempo y dinero para ayudar a personas necesitadas o aconsejar a adolescentes descarriados.
Independientemente de su tipo de servicio al Señor, es bueno volver continuamente a las raíces de por qué lo hace. De vez en cuando, podemos olvidar el verdadero significado detrás de nuestro deseo de glorificarlo. Es entonces cuando necesitamos recordar el gran sacrificio que Jesús hizo por nosotros en la cruz. Fue necesario que derramara Su sangre para que pudiéramos conocerlo, amarlo y servirlo. Su sangre es la única manera en que podemos ser limpiados de nuestros pecados. La asombrosa provisión de salvación de Jesús es lo único que se interpone entre nosotros y una eternidad de sufrimiento sin Dios.
Romanos 5:9 nos invita a reflexionar sobre lo crucial que fue para Jesús morir por nosotros: «Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.». Haz hoy una pausa y piensa en el sacrificio que Jesús hizo por ti en la cruz y en su significado en tu vida. Deja que Él restaure el significado de nuevo en tu corazón para que puedas servirle con gratitud y devoción.
Señor, gracias por el asombroso y costoso regalo de la salvación que me has dado mediante el sacrificio de Cristo. Te sirvo con gratitud, mi Salvador. Ayúdame a glorificarte ante todos los que conozco. En El Nombre de Jesús, Amén.
