Escucha:
“Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre” (Salmos 23:3)
Piensa:
Cuentan que un guía estaba mostrando la “Cueva del Mamuth” a un grupo de turistas. Cuando llegaron al lugar conocido con el nombre de “La Catedral”, el guía se subió a una roca llamada “El Púlpito”, y anunció con una sonrisa que iba a pronunciar “un sermón muy importante”. Sin embargo, lo único que dijo fue: “Manténganse agrupados cerca de mi”.
Poco después, los turistas pudieron darse cuenta de cuán importante fue “el sermón” que les pronunció el guía, pues sólo manteniéndose muy cerca de él era posible eludir los múltiples peligros que se esconden en el interior de “La Cueva del Mamuth”.
Nuestra vida es igual que la cueva del relato, tiene senderos y peligros que son desconocidos para nosotros y sólo pueden enfrentarse cerca del Guía.
Jesús es nuestro buen Pastor y Él conoce nuestra historia, nuestro presente y lo que nos depara el futuro. Si permanecemos muy cerca de nuestro Guía, podremos eludir los peligros que nos aguardan, recorreremos la vida por los mejores senderos y llegaremos a destino.
No emprendas esta travesía solo, permite que Jesús guíe tu viaje y te muestre los caminos por los que debes andar. Escucha cuando te pida que te detengas para darte instrucciones y síguelas con cuidado porque en Sus palabra hallarás la vida.
Recuerda, en medio de la oscuridad de los caminos de esta vida, mantengamos cerca del gran Guía, de aquel que nos dijo: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”.
Ora:
Señor, aparta de mi todo aquello que no viene de Tu luz. Guíame siempre para transitar caminos de honestidad, de bondad, de integridad, de verdad, de respeto, mientras camino hacia mi objetivo, hacia los sueños de mi corazón, amparados por tu voluntad de bien. Amén