Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis. Mateo 21:22
Dios promete que las oraciones de los hombres y mujeres justos pueden conseguir grandes cosas. Dios promete que responde a la oración (aunque sus respuestas no siempre coincidan con nuestros deseos). Dios nos invita a estar quietos y a sentir su presencia. Así que no te olvides de tu momento de oración. Empieza a hablar con Tu Padre, que con amor te espera, antes de que salga el sol y sigue orando hasta que te duermas por la noche. Entrégale todas tus cargas sin importar si son asuntos grandes o pequeños, y permanece atento a las respuestas que con seguridad, Él, en su perfecto tiempo, te dará.
- ¿Es la oración una parte integral de tu vida diaria o es para ti una actividad que sólo llevas a cabo eventualmente?
- ¿Oras continuamente, o tu vida de oración varía conforme a las cosas positivas o negativas que ocurran en Tu vida?
La oración fortalece tu carácter y tu relación con Dios, por ello, más, y mejor, ora.
La calidad de tu vida espiritual estará en proporción directa con la calidad de tu vida de oración. La oración cambia las cosas, y te cambia a ti. En lugar de preocuparte por tu próxima decisión, pide a Dios que te guíe. No limites tus oraciones a las comidas o a la hora de acostarte; ora constantemente. Dios te escucha, quiere saber de ti, y sin duda tú necesitas saber de él. Hoy, en lugar de dar vueltas a las cosas en tu mente, entrégaselas a Dios en la oración.
Querido Señor, te abriré mi corazón. Te llevaré mis preocupaciones, mis miedos, mis planes y mis esperanzas en la oración. Y, entonces, confiaré en las respuestas que me des. Tú eres mi Padre amoroso, y aceptaré tu voluntad para mi vida hoy y todos los días. En El Nombre de Jesús, Amén.