El justo no será removido jamás; Pero los impíos no habitarán la tierra. (Proverbios 10:30)
El versículo de hoy puede parecer irracional e imposible: El justo nunca será sacudido. Al fin y al cabo, tu vida puede parecer una continua avalancha de problemas que te trastornan hasta la médula. Sin embargo, hay una forma de mantenerse firme durante los problemas. Por ejemplo, la carta de Pablo a los filipenses fue escrita durante un largo e injusto encarcelamiento; sin embargo, la breve epístola está llena de regocijo. Entonces, ¿cómo pudo el apóstol Pablo mantenerse firme y fiel a pesar de sus circunstancias?
La mayoría de la gente culparía a los demás de sus problemas, se quejaría y buscaría una salida a la situación, empeorando mucho las cosas en el proceso. Pero Pablo no. Comprendió que para vivir por encima de sus circunstancias y obtener la victoria en ellas, tenía que cambiar su enfoque. Así que, en vez de analizar interminablemente sus problemas y quejarse de ellos, miró al Padre y le dio las gracias por ser su fuerza en medio de la adversidad. Pablo escribió: “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.” (2 Corintios 12:9).
Tú puedes hacer lo mismo. Sí, Dios quiere que seas sincero con Él sobre tus pruebas, pero también quiere que confíes en Él para que te ayude a superarlas. Así que hoy, no te revuelques en la autocompasión ni te quejes. Más bien, mira a Jesús y aprende a vivir la inquebrantable vida cristiana. Reconoce que Dios Todopoderoso tiene el control de tu situación y te guiará en cada paso del camino hacia la victoria.
Padre, Tú sabes que mis pruebas son verdaderamente inquietantes. Pero me estabilizaré confiando en Ti. Gracias por esta oportunidad de que el poder de Cristo habite en mí. En El Nombre de Jesús, Amén.