Si alguno me ama, guardará mi palabra. Juan 14:23
Cuando experimentas el amor de Dios rodeándote y llenando todo tu ser, la respuesta más natural es amarlo de vuelta. Gratitud, adoración, respeto, afecto y ternura son sentimientos que brotan cuando reconoces Su presencia y celebras tu relación con Él.
Puedes adorarlo, alabar Su nombre, orar, estudiar Su Palabra o animar a otros creyentes. Sin embargo, Dios te llama a ir un paso más allá: a expresar tu amor por medio de la obediencia. Él desea que tu devoción se traduzca en acciones que reflejen una vida rendida a Su voluntad.
Jesús estableció esta conexión entre el amor y la obediencia cuando enseñaba a Sus discípulos. Lo mismo aplica hoy para nosotros. Lo que haces con la Palabra de Dios, y tu disposición para obedecerla, revela cuánto confías y cuánto amas realmente al Señor. Obedecer demuestra amor; desobedecer revela desconfianza.
¿Qué está diciendo tu vida a Jesús hoy? Dile que lo amas entregándole cada área de tu vida, confiando plenamente en Él, y viviendo en obediencia como expresión de ese amor.
Señor, gracias por amarme con un amor perfecto y fiel. Enséñame a amarte no solo con palabras, sino con acciones que reflejen obediencia a Tu voluntad. Ayúdame a rendir cada parte de mi vida a Ti, confiando en Tu dirección. Que mi amor por Ti sea visible en mi manera de vivir y servir. En El Nombre de Jesús, Amén.