No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. Isaías 41:10
¿Sientes ansiedad o luchas contra el miedo? Cuando el temor llena tu mente, es fácil perder de vista el amor y la gracia de Dios. Puede que lo imagines enojado o que pienses que las pruebas que enfrentas nunca terminarán, como si fueran más grandes de lo que realmente son. Pero esa es una visión distorsionada del Señor, porque la Palabra dice que Él “no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres” (Lamentaciones 3:33).
Aferrarte al miedo solo debilita tu fe y obstaculiza tu comunión con Dios. El temor constante apaga tu confianza y te impide avanzar hacia el propósito que Él tiene para ti.
Si te encuentras esperando “lo peor” o imaginando escenarios de derrota, es hora de enfrentar la raíz de esa ansiedad. Dios te ordena que no temas, lo que significa que puedes decidir no dejarte dominar por el miedo. Tus emociones no tienen que gobernarte, porque Dios está contigo y Su poder habita en ti.
¿Qué puedes hacer? Reconoce tu ansiedad delante del Señor y pídele al Espíritu Santo que te muestre el origen de tu inseguridad. Él te revelará la verdad y te enseñará cómo superarla. Confía en que el Señor te sostendrá, te dará fuerzas y te guiará paso a paso.
Cuando recuerdas que Dios está de tu lado, no hay razón para temer. Su presencia es tu refugio, Su promesa tu seguridad, y Su amor tu fortaleza.
Padre, gracias porque siempre estás conmigo. Quita todo temor de mi corazón y lléname de la confianza que proviene de Tu presencia. Enséñame a descansar en Tu poder y a recordar que nada puede vencerme cuando Tú me sostienes con Tu mano. En el Nombre de Jesús, Amén.