Y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Efesios 4:23-24
Si deseas experimentar verdadera alegría y un caminar fructífero en la vida cristiana, es esencial que tengas encuentros renovados con el Señor de manera continua. Necesitas esos momentos con el Salvador que refrescan tu alma, fortalecen tu espíritu y renuevan tu esperanza. Sin ellos, tu vida espiritual puede volverse monótona, atrapada en la rutina, la tradición y la falta de vitalidad. La urgencia de las demandas diarias puede desplazar fácilmente tu intimidad con Cristo, pero Él desea que regreses a Su presencia, que experimentes Su gloria y te deleites en Su cercanía.
Si anhelas un toque fresco de Dios, el mejor paso es apartar un tiempo enfocado e ininterrumpido con Él. Entrégale tu atención completa—corazón, mente, alma y fuerzas—sin otro propósito que conocerlo. Reconoce tus emociones, confiesa lo que necesites arrepentirte y estate dispuesto a seguirlo a donde Él te guíe. Confía plenamente: Él te recibirá y se revelará a ti, porque anhela tu oración y se deleita en restaurar tu alma.
Señor, deseo un encuentro renovado contigo. Renueva mi mente, limpia mi corazón y restaura mi espíritu. Quita todo lo que obstaculiza mi intimidad contigo y enséñame a buscarte por encima de todo. Lléname de Tu presencia para que mi alma se fortalezca y mi vida se transforme para Tu gloria. En El Nombre de Jesús, Amén.