¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?. Amós 3:3
En ocasiones, muchos creyentes se preguntan si sus oraciones realmente tienen impacto. Si Dios finalmente hará lo que le plazca, ¿por qué orar? ¿Por qué acercarse a Su trono cuando Él ya sabe lo que va a hacer?
Es fundamental recordar que, sea cual sea el propósito que el Padre esté llevando adelante, lo hará con delicadeza, paciencia y en el tiempo perfecto, a menudo de maneras invisibles. Dios transforma la mente y los deseos del creyente, y va moldeando su camino a través del tiempo en la Palabra, la comunión con Él, las enseñanzas que recibe y las circunstancias que enfrenta. Todo esto lo posiciona para cumplir Sus propósitos. Y, en el tiempo de oración, lo que realmente ocurre es que Dios alinea el corazón del creyente con Su voluntad. Es necesario estar de acuerdo con Dios para poder recibir lo mejor que Él tiene preparado.
En algunas ocasiones, las pruebas o las oportunidades parecerán surgir de manera repentina, motivando al creyente a buscar a Dios con mayor urgencia. Sin embargo, en realidad, el Señor ha estado preparando su corazón desde mucho antes para ese momento. Él está obrando activamente a través de las mismas situaciones por las que el creyente ora, no solo para intervenir, sino también para revelarse y revelar Su voluntad.
Por eso, es importante perseverar en la oración con confianza, sabiendo que este acto es poderoso y siempre vale la pena.
Señor, gracias por recordarle a cada corazón que la oración no es solo pedir, sino aprender a caminar en acuerdo contigo. Ayuda a cada creyente a confiar en que estás obrando de manera constante, preparando sus vidas para los propósitos que has planeado. Que aprendan a alinearse con tu voluntad y a perseverar en la oración con fe, sabiendo que tus caminos siempre son más altos. Guía sus corazones para reflejar tus deseos. En el nombre de Jesús, Amén.
