En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado, Y me has hecho estar delante de ti para siempre. Salmos 41:12
Es interesante notar que cuando el Señor se refirió a sí mismo en una conversación con Moisés, dijo: «Mi presencia irá contigo, y yo te daré descanso» (Éxodo 33: 14). Quería que Moisés supiera que no estaría solo. De hecho, para los hebreos de antaño, y para nosotros como creyentes de hoy, es la misma presencia de Dios la que nos marca como suyos. Habitados por el Espíritu Santo, toda nuestra vida transcurre rodeados por Él. Vivimos, andamo, trabajamos, oramos, lloramos y nos regocijamos en la presencia de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Y Él es amoroso, amable, santo, instructivo, renovador y redentor para nosotros.
Por lo tanto, somos «llamados a la comunión» (1 Corintios 1:9), y nosotros, como creyentes, podemos disfrutar de una comunión íntima y dulce con el Salvador, independientemente de dónde estemos o de lo que esté sucediendo, teniendo siempre presente, que Su misericordia está siempre disponible para recibirnos con los brazos abiertos, cuándo nos hemos alejado de sus caminos, y que Su amor y cuidado nunca nos faltará, cuando debamos atravesar los temibles valles de oscuridad, que de seguro, llegarán a nuestra vida.
Por ello, debemos permanecer confiados y aceptar y declarar la promesa que de la Palabra de hoy recibimos: El Señor nos hará estar “delante de Él para siempre”, pues Él es nuestra ayuda siempre presente que nos anima, bendice y sostiene en nuestro camino de fe. Así que, si hoy te sientes solo o desamparado, oro para que llegues a la realidad cara a cara del amor y protección personal del Padre por ti. Dios no sólo es para ti, sino que está siempre contigo. Y Su presencia marcará la diferencia.
Señor, gracias por tu asombrosa y permanente presencia conmigo. Ayúdame a ser siempre consciente de Tu cercanía y a encontrar paz y fortaleza en Tu compañía constante. Cuando me sienta solo o débil, recuérdame que Tú estás conmigo, amándome y sosteniéndome en cada paso del camino. En El Nombre de Jesús, Amén.