Vino José y lo hizo saber a Faraón, y dijo: Mi padre y mis hermanos, y sus ovejas y sus vacas, con todo lo que tienen, han venido de la tierra de Canaán, y he aquí están en la tierra de Gosén. (Génesis 47:1)
La grandeza de José crece con cada capítulo del Génesis. A medida que la historia bíblica avanza, y la hambruna aumenta sobre la faz de la tierra, el papel de José en este gran propósito de Dios se intensifica y se hace más evidente. El lector de la Biblia debe darse cuenta de la importancia de Génesis 47 para la continuidad de la historia. Aquí entenderemos por qué el faraón del Éxodo tenía tanto poder político (toda la tierra de Egipto le pertenecía por culpa de José, vv.20), y por qué el pueblo de Israel se estableció en la tierra de Gosén (vv.6).
Es notable aquí que Dios usó a hombres y mujeres para bendecir a las naciones de la tierra. José, Moisés, David, Ester, Daniel y otros fueron colocados estratégicamente por el Señor en momentos delicados de la historia, con el objetivo de preservar al ser humano y también a las personas que Él eligió.
De Génesis 47 obtenemos una gran lección: No ignoremos la posición en la que hoy estamos, pues El Señor, por algún motivo allí nos ha colocado estratégicamente para sus propósitos que en cualquier momento podría cambiar para una nueva realidad que Él desea que vivamos para cumplir Su voluntad.
Aceptemos los cambios que El Señor ponga en nuestra vida, mientras de Su mano caminamos con Él. No habrá lugar que no sea seguro cuando estemos en Su presencia, ni oscuridad que su luz de amor y misericordia no pueda disipar.
Velemos y oremos.
Oración:
Señor, hoy acepto y me abro a cada uno de los cambios que tienes para mi. Se que serán para mi bien y siempre para Tu mayor honra y gloria. En El Nombre de Jesús, Amén.